…¿Qué estoy loca? ¿A quién se le puede ocurrir semejante barbaridad?… Y bueno… un poquito por ahí… pero no mataría a nadie… ups… a nadie…cuatro o cinco personas nada más… aparte siempre bien justificado. Qué harías si vas por la calle caminando tranquilamente y un tipo te mira con cara de pajero y te sigue un par de cuadras diciéndote obscenidades… yo hice nada más, lo que cualquier mujer haría, me dí vuelta, le pegué un rodillazo en la cabeza (y no precisamente la que tiene en el norte de su cuerpo), saqué un arma le volé su miembro reproductor y después de torturarlo un rato, le pegué cincuenta tiros, en realidad, puedo estar exagerando fueron cuarenta y ocho, cuarenta y siete quizás. Cuando terminé de acribillarlo solo le pegué unas cuantas patadas y me fui silbando bajito.
¿Sanguinaria yo? Por dios. ¿Quién puede pensar una cosa así de mi frágil persona?. Yo no puedo pelear contra nadie, mi delicado cuerpo de bailarina no me lo permitiría hacer, me ganaría cualquiera, por eso siempre recurro a alguna arma de fuego o en su defecto una blanca, alguna vez podría llegar a envenenar pero… ¿Cuál sería la parte divertida? Aparte, si no me lleno toda de sangre, no cuenta como asesinato… lo cual disminuye mi número de homicidios.
¿Inhumana? De ninguna manera. ¿Quién podría ensuciar mi nombre llamándome así?. Siempre defiendo los derechos humanos, de hecho estoy trabajando en una nueva propuesta para llevar al municipio, que sí todos la cumplen al pie de la letra podría terminar con la pobreza y el hambre para siempre, ¿la describo a grandes rasgos?, es muy simple, solo deberíamos matar a los pobres y comerlos, tan fácil como eso. Tal vez faltan algunos detalles de cómo acabar con la vida de estos individuos, pero me puedo ocupar de ellos tranquilamente. Es más, para mi sería un placer. Para la segunda parte tengo unas buenas recetas de unas empanadas de carne, que ya la he probado, y quedan riquísimas.
¿Enferma? Estoy perfectamente sana. ¿Quién quisiera demostrar lo contrario?. El hecho de que me divierte ver sufrir a mis victimas, no me hace estar enferma… Yo veo la belleza en una lágrima de dolor, en las suplicas del que me pide piedad, de la sangre que derraman las heridas abiertas, del dolor del que las padece, del aroma de un cuerpo muerto. Eso es arte, sentirte dueño de una vida, de poder decidir cuando terminarla, de gozar con todos los sentidos el miedo de la persona sobre la que tienes el control. Disfrutar de su llanto, saborear el gusto del horror, la excitación que sentís al tener el poder, son placeres de los que no me voy a privar.
¿Te vas? no te podes ir así de nuestra primera cita. ¿Estás loco?... ¿Dije algo que te asustó?...Vení acá… No me obligues a seguirte…Volvé… Bueno, mi amor, vos te lo buscaste…
¿Sanguinaria yo? Por dios. ¿Quién puede pensar una cosa así de mi frágil persona?. Yo no puedo pelear contra nadie, mi delicado cuerpo de bailarina no me lo permitiría hacer, me ganaría cualquiera, por eso siempre recurro a alguna arma de fuego o en su defecto una blanca, alguna vez podría llegar a envenenar pero… ¿Cuál sería la parte divertida? Aparte, si no me lleno toda de sangre, no cuenta como asesinato… lo cual disminuye mi número de homicidios.
¿Inhumana? De ninguna manera. ¿Quién podría ensuciar mi nombre llamándome así?. Siempre defiendo los derechos humanos, de hecho estoy trabajando en una nueva propuesta para llevar al municipio, que sí todos la cumplen al pie de la letra podría terminar con la pobreza y el hambre para siempre, ¿la describo a grandes rasgos?, es muy simple, solo deberíamos matar a los pobres y comerlos, tan fácil como eso. Tal vez faltan algunos detalles de cómo acabar con la vida de estos individuos, pero me puedo ocupar de ellos tranquilamente. Es más, para mi sería un placer. Para la segunda parte tengo unas buenas recetas de unas empanadas de carne, que ya la he probado, y quedan riquísimas.
¿Enferma? Estoy perfectamente sana. ¿Quién quisiera demostrar lo contrario?. El hecho de que me divierte ver sufrir a mis victimas, no me hace estar enferma… Yo veo la belleza en una lágrima de dolor, en las suplicas del que me pide piedad, de la sangre que derraman las heridas abiertas, del dolor del que las padece, del aroma de un cuerpo muerto. Eso es arte, sentirte dueño de una vida, de poder decidir cuando terminarla, de gozar con todos los sentidos el miedo de la persona sobre la que tienes el control. Disfrutar de su llanto, saborear el gusto del horror, la excitación que sentís al tener el poder, son placeres de los que no me voy a privar.
¿Te vas? no te podes ir así de nuestra primera cita. ¿Estás loco?... ¿Dije algo que te asustó?...Vení acá… No me obligues a seguirte…Volvé… Bueno, mi amor, vos te lo buscaste…