
Sábado a la noche, la veterana se pone su remerita más escotada, luciendo los colgajos de su cuello y otras cosas, a las que también se les puede llamar colgajos… minifalda de cuero, medias de red negras y botas. Sale hecha una diva. La llaman “la rumbera de la costa”… baila como si hubiera metido los dedos en el enchufe, se dobla toda y pone cara de “soy irresistible”. Se menea cual pez lucha por su vida, alguna vez hasta creí que tenía epilepsia, lo de la espuma en la boca creo que es un problema con sus dientes postizos, que por cierto, a los hombres les resulta excitante, todavía no entiendo que tiene de sexy la dentadura postiza.
Ya no sé que hacer para que no ande con tantos machos, es como una adolescente lujuriosa con la libido descontrolada.
Intente un millar de cosas, la metí en una bañera con agua helada, le puse una cubetera entre medio de las gambas (se puede decir que tiene el sueño pesado), le di unas pepas para dormir, pero la muy desgraciada las mezcla con vino y parece que tienen un efecto totalmente contrario… Encima de rápida, es media falopera, le encanta andar dada vuelta, y encima en la farmacia le venden cualquier cosa, claro ella tiene pinta de mujer responsable, seguro que si yo quiero empezar a drogarme, no me venden ni una tableta de bayaspirinas… (no importa, la mando a la nona)
Mis amigos tienen miedo de ir a su casa, porque los acosa. Los toquetea, les hace caritas, les da besos y lo peor es que hace mucho no se depila, tranquilamente le podría decir abue

Drogadicta, sexopata, abusadora de menores, trola, y desinhibida, pero no me van a decir que no tengo una nona original…